En esta ocasión comparto con ustedes un tema sustantivo en las transformaciones educativas que son el signo de los tiempos recientes en México; me refiero a la llamada Evaluación Universal para los docentes de educación básica . A lo largo del ciclo escolar pasado fuimos testigos de las inconformidades frente a esta iniciativa que se anunció en mayo de 2010.
El debate se centró principalmente en el examen, que de acuerdo a los lineamientos, sólo representan cinco del total de los 100 puntos a los que pueden aspirar los participantes. El otro gran tema en discusión ha sido el peso que se otorga a la Evaluación de los docentes por los resultados de sus alumnos en la prueba ENLACE.
En esta ocasión sin embargo quiero llamar la atención a otro de los componentes de esta evaluación: Los Estándares de desempeño docente.
La elaboración de éstos resulta básicamente de dos de las 15 Recomendaciones que la OCDE hizo a México en el año 2008, que a la letra dicen: Recomendación 1. “Definir la enseñanza eficaz: México necesita definir claramente los estándares docentes para que la profesión y la sociedad sepan cuáles son el conocimiento, las habilidades y los valores centrales asociados a una enseñanza eficaz” y Recomendación 8: “Evaluar para ayudar a mejorar: “México necesita con urgencia un sistema de evaluación docente basado en estándares…”
La implementación de estándares para evaluar el desempeño tiene antecedentes importantes en la experiencia internacional. El ejemplo más cercano que tenemos es Chile, que desde 2003 inició el Sistema de Evaluación del Desempeño Profesional Docente. El proceso ha sido complejo y lleno de aristas, pero después de ocho años se ha generalizado en todo el país.
Los “estándares de desempeño docente en el aula” propuestos hasta ahora para México están organizados en cinco categorías: Planeación, Gestión del ambiente de la clase, Gestión curricular, Gestión didáctica y Evaluación, cada uno de ellos con un numero diferenciado de “referentes” o estándares. Adjunto el documento para su lectura y análisis.Durante el ciclo escolar pasado, su diseño estuvo en una etapa piloto, y de acuerdo a los lineamientos de la Evaluación Universal, este componente se incorporará “…una vez que la Secretaría de Educación Pública generalice la implementación de los estándares”.
Dado que la OCDE acaba de refrendar el pasado 11 de septiembre su “Convenio Marco de Colaboración” con México, es previsible que esta política tenga continuidad y este año el proceso de evaluación de la docencia con estos referentes llegue a las escuelas y aulas de Educación Básica. Es por ello que vale la pena su lectura, reflexión y análisis; propongo para ello dos líneas de reflexión: ¿Es deseable evaluar la práctica docente? De ser así ¿Cuáles serías los contenidos y mecanismos deseables para desarrollar esta evaluación?
Cierto es que este tendría que ser uno de los aspectos clave de la agenda nacional para la educación pública; en tanto logramos construir esos espacios los invito a participar con sus comentarios por este medio, o en Facebook en el grupo “Pensar la Educación”.
Por ahora nos queda seguir construyendo caminos para una educación con significado para nuestros niñ@s y jóvenes.
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